Un hogar, llamado
también unidad doméstica, es un grupo de personas que se unen voluntariamente
en un mismo espacio físico y que puede incluir vínculos sentimentales, de
autoridad, de solidaridad y/o poder. Comparten la vivienda, un presupuesto
común y una serie de servicios y actividades indispensables para la convivencia
cotidiana de sus miembros. Si una persona vive sola se le conoce como hogar
unipersonal.
Una familia, por
el contrario, se constituye sólo a partir de relaciones de parentesco o de consanguinidad
y es el grupo social en el que se satisfacen las necesidades afectivas y
sexuales indispensables para la vida social del individuo.
La familia: el
hogar primero
La familia es el
primer espacio socializador del hombre y la mujer. En ella se dan los primeros
aprendizajes, acuerdos y discrepancias. Vista por la Iglesia, es una
institución creada y bendecida por Dios; para la antropología y la sociología es un grupo de convivencia basado
en el parentesco, la filiación y la alianza, en la cual sus miembros están
ligados por sangre o por afinidad. Desde el marco legal, es el núcleo
fundamental de la sociedad, constituido por vínculos naturales o jurídicos y la
voluntad libre de un hombre y una mujer que se unen bajo el matrimonio civil o
religioso, o en la unión libre, y la cual tiene protección jurídica con un
conjunto de normas que buscan su protección, regulación y organización.
En la familia se
da el desarrollo del afecto y la satisfacción de necesidades sexuales,
sociales, emocionales y económicas. Se crean, trasmiten y reciben normas,
valores, símbolos, ideologías e identidades. Es el lugar privado donde se
comparte desde el techo hasta los actos cotidianos de cada miembro.
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